Domingo Cura
Fecha de Nacimiento: 7 de abril de 1929
Lugar: Santiago del Estero, Argentina
Fecha de Muerte: 13 de noviembre de 2004
Lugar: Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Posiblemente no le hubiera gustado que su muerte lo pusiera en las tapas de los diarios, porque nunca fue un músico estridente o exhibicionista, sino uno de los más sutiles intérpretes de la percusión folklórica. Domingo Cura era el invitado del recital de Chico Novarro. Poca gente podría relacionar al percusionista santiagueño con el reconocido bolerista, pero Cura era así. El músico santiagueño pertenecía a una raza de instrumentistas que proyectaron al folklore a un espacio diferente, donde la improvisación y el encuentro con otros ritmos se transformó en una costumbre natural.
Desde que vino a Buenos Aires a los 18 años, junto al mítico armoniquista Hugo Díaz, nunca tuvo prejuicio para mezclarse con otros géneros. De chico había aprendido algunos "trucos" con una orquesta característica de su ciudad, donde había tocado foxtrot, tango y jazz, aunque lo que más había influido en su forma de tocar era el ritmo de los bombistos anónimos de su región: ese toque vital e intuitivo se transformaría con el tiempo en la marca de su estilo interpretativo.
En la ajetreada noche porteña de los años 50 se acercó a la música caribeña y experimentó con el jazz; colaboró con artistas cubanos y figuras internacionales como Nat King Cole, Lucho Gatica y el Trío Los Panchos; se sumó a las refinadas agrupaciones de René Cospito y Eduardo Armani, y llegó a grabar su primer disco con el conjunto Santa Anita Sextet para la RCA Víctor, donde tocaba el bongó.
No se olvidaba de su origen como bombisto y seguía tocando folklore con su cuñado Hugo Díaz, pero era requerido por orquestas de música tropical que circulaban por las boîtes más conocidas del centro. En eso andaba cuando se encontró con el pianista Ariel Ramírez y el charanguista Jaime Torres para grabar el disco "Folklore nueva dimensión" (1961), que revolucionó el género en cuanto a los arreglos y la interpretación de los instrumentos en la música de raíz.
Poco después llegaría su inserción en el proyecto de "Misa Criolla" (1964), que lo lanzaría definitivamente como uno de los principales percusionistas del género; y el trabajo junto a Mercedes Sosa en "Cantata Sudamericana", otra pieza clave de Ramírez en la música nativa y en la vida de Cura.
Su utilización de diferentes elementos de la percusión como tumbadoras, timbales y bongós sumados al bombo legüero le dio otro sonido a su música. La popularidad alcanzada con las giras europeas, lo transformaron en un músico de prestigio en el ámbito nacional e internacional.
Pero Domingo Cura no se conformó con su actividad folklórica. Llevado por ese espíritu intuitivo siguió explorando en otros géneros y coqueteando con músicos de vanguardia como Eduardo Lagos, Kelo Palacios, Astor Piazzolla, Milton Nascimento y el Gato Barbieri, con el que llegó a tocar en el Central Park de Nueva York durante el prestigioso festival Newport, con un set de ocho bombos que dejó con la boca abierta a jazzeros como Gerry Mulligan.
Ya mimetizado con las costumbres porteñas, Domingo Cura alternaba su movida agenda musical con una variada rutina de entretenimiento. Le encantaba la noche con todos sus atractivos: la charla de café, el hipódromo, los sábados de boxeo en el Luna Park y las jam sessions, donde tocaba con músicos de diferentes estilos.
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